NOTIVIDA, Año II, nº 102, 15 de octubre de 2002 

San Juan, Argentina 

Salud Reproductiva: ¿PROPUESTA PARCIAL, SECTORIALIZADA, O FRUTO DE "PRESIONES" INCONFESABLES?

Mons. Alfonso Delgado, Arzobispo de San Juan, hizo llegar al Senador José Luis Gioja la siguiente carta acerca del proyecto de ley de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.  

San Juan, 30 de septiembre de 2002 

Ing. José Luis Gioja

Senador Nacional por la Provincia de San Juan 

Estimado Senador: 

Me dirijo a Usted, como Senador por nuestra Provincia de San Juan, para expresarle mi honda preocupación acerca de un proyecto legislativo que actualmente ocupa la atencn de los señores Senadores, en un momento en que el Senado de la Nacn vuelve a estar severamente cuestionado ante los ojos de la población y en circunstancias especialmente oscuras e inciertas para el futuro del país. 

Me refiero al proyecto de ley acerca de la llamada “salud reproductiva, que entendemos que todavía no ha llegado a un pleno y auténtico consenso social, tan necesario en estos momentos en todos los ámbitos del proceso en que se encuentra sumida nuestra sociedad. 

Nos preocupa que en el proyecto de ley todavía persisten aspectos que estimamos sumamente negativos para lo mejor que aún le queda al país: la familia argentina. 

En efecto, el proyecto mencionado lesiona la patria potestad de los padres sobre los hijos, en contraposición con el sentido común, el derecho de sus padres y la legislación argentina. 

Además, también se cercena la posibilidad de que profesionales serios y responsables pueden utilizar el derecho civil de la objeción de conciencia, capacidad jurídica plenamente reconocida en los pueblos avanzados socialmente para un mejor ejercicio de la libertad de los ciudadanos. 

Asimismo, entendemos el proyecto en cuestión contradice los propios principios enunciados, a través de una cuestionable vía administrativa. Son las disposiciones administrativas las que deben adaptarse a la ley, en vez de condicionarlas y vaciarlas de contenido. Me refiero a la mención acerca de los dispositivos y drogas anticonceptivos "aprobados por la ANMAT", algunos de probado nesgo abortivo. 

Estoy seguro que los Senadores de la Nación serán conscientes de la grave enfermedad que aqueja al país y, en especial, a su dirigencia política la fragmentación social que lleva consigo al desprecio del mayor bien para todos, que denominamos bien común. 

Según el último Censo Nacional -que confirma numerosos estudios previos- la Argentina va a sufrir en los próximos años un grave descenso y envejecimiento de la población. Así, por ejemplo, se calcula que para el año 2010 en la ciudad de Buenos Aires quedarán 2000 aulas vacías porque habrá 70.000 niños menos en edad escolar. Ante estas perspectivas sombrías, ¿les parece a nuestros Senadores que los actuales proyectos de salud reproductiva tienen en cuenta este problema, en un país poco poblado como el nuestro?. 

Por otra parte, la gran mayoría de los argentinos según las encuestas, se consideran personas de convicciones morales y religiosas (79% según la encuesta de Gallup de julio de 2002). Al mismo tiempo, se quejan de que la educación formal que reciben no proporciona suficientes valores que motiven una vida responsable y una conducta solidaria. 

Por eso cabe preguntar a cada uno de nuestros Senadores si les parece que todavía debe insistirse en una educación moral obligatoriamente despojada de valores religiosos y trascendentes en materia de conducta cívica, sexual, laboral, económica, etc. Entonces, ¿por qué lesionar aún más el derecho a la patria potestad de los padres en bien de sus hijos? ¿Será esta posible ley un verdadero aporte al "bien común" de todos, o se trata de una propuesta parcial, sectorializada, o fruto de "presiones" inconfesables? ¿No podrá ser entendido este proyecto como una provocación a una mayoría ciudadana silenciosa -que también vota en las elecciones-, con actitudes que hacen pensar en discriminaciones y totalitarismos ya superados, con leyes que no representan el sentir ni los intereses de la gran mayoría del pueblo argentino y que contradicen derechos humanos establecidos a través de la Constitución Nacional?. 

Estas y muchas otras consideraciones podrían hacerse frente a estos proyectos. Frente a la fragmentación social, nos corresponde a todos promover la reconciliación, el diálogo y la paz social. Estoy seguro que nuestros Senadores serán capaces de "una mano" al país. 

Con todo aprecio, aprovecho esta ocasión para saludarlo con la estima de siempre. 

+Alfonso Delgado Arzobispo de San Juan

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NOTIVIDA, Año II, nº 102, 15 de octubre de 2002

Editores: Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río

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