NOTIVIDA, Año X, Nº 716, 29 de junio de
2010 Senado de la
Nación HOMOMONIO EN EL SENADO: 12º REUNIÓN DE
COMISIÓN Por Mónica del Río Se
realizó esta mañana la décimo segunda reunión de la Comisión de Legislación
General del Senado que tiene en estudio el Proyecto de ley en revisión que intenta legalizar el
seudo-matrimonio homosexual (Vid Notivida Nº 690, 697, 698, 704, 707, 709, 710, 711, 712, 713 y
715). Oradores Jorge
Reinaldo Vanossi,
constitucionalista, presidente de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales:
calificó al proyecto que obtuvo media sanción en Diputados como una “verdadera
chapucería” jurídica. Dijo que había que tener en cuenta las diferencias con los
otros países y citó el caso de EEUU -mencionado varias veces por otros
expositores- allá, afirmó Vanossi,
“la legislación de fondo es local y acá nacional”. Se refirió a los art. 19 y 16
de la Constitución Nacional. El art. 19 protege “las acciones privadas”,
remarcó, y distinguió entre el interés jurídico de la moral pública y de la
privada. Al referirse al tan invocado art. 16 recordó que ya en 1875 la Corte
Suprema afirmaba que la “verdadera igualdad” consiste en aplicar la ley según
“las diferencias constitutivas, considerando la naturaleza y el interés social”.
Pidió una ley nacional que contemple de modo distinto las uniones que son
diferentes. “Las cosas deben ser llamadas por lo que realmente son”, “se debe
atender a la naturaleza de las cosas”. “Las denominaciones”, enfatizó, “no
pueden confundir ni confundirse”. Dijo que no ve mal que se legalicen las
“uniones civiles”, pero que es contrario a que se admita la adopción. “Las
minorías tienen derechos”, sostuvo, “pero los derechos de las mayorías y las
minorías son limitados”, y añadió: “las pretensiones excesivas de las minorías
dieron origen a dos guerras mundiales”. Entregó finalmente un dictamen de la
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales que considera inconstitucional
el proyecto en estudio. Nelly Minyersky, ex presidente de la Asociación de Abogados
de la CABA (AABA): recordó los fallos recientes en la
materia y apeló a que “las personas no vean judicializados sus derechos”. Narró
que varió su postura con el tiempo, que antes pedía figuras jurídicas
alternativas para parejas homosexuales pensando que con ello les reconocía sus
“derechos humanos”. Hoy, en un “mundo distinto”, donde, según
Minyersky las parejas homosexuales pueden cumplir “con fines antes impensables”
gracias a “técnicas de reproducción artificial”, reclama “matrimonio”. Afirmó
que la sociología y el derecho son como dos círculos con zonas en común: “el
derecho de familia” y la “sociología de familia”. Cuando discutíamos divorcio,
prosiguió, “mirábamos primero a la sociología” porque las parejas que vivían en
concubinato ya existían y ahora “existen otras parejas que están en el espacio
del no derecho” y preguntó “¿por qué negarles entrar en la esfera del derecho?”.
Aseguró que llamar a las uniones homosexuales de un modo distinto “sería un
hipocresía” y que las “familias ensambladas” que antes no existían “enriquecen
el matrimonio”. Aceptó que la ley tiene “problemas de redacción” pero afirmó que
eso ocurre con todas las “leyes de parto difícil” y citó como ejemplo a las que
reconocen los “derechos de la mujer”. Sostuvo que “estamos en deuda con las
minorías”. “No tenemos derecho a negarles la posibilidad de ingresar a la
institución que la sociedad ha prestigiado más”,
remató. Alejandro
Molina, defensor de menores: arrancó
definiendo al derecho como “el orden social justo” y aclaró que “lo justo es dar
lo suyo a cada uno”. “Hoy buscamos lo justo para una minoría”, dijo, y
“escuchamos hablar de derechos humanos”, pero “no toda pretensión humana es un
derecho”. Distinguió entre la persona del homosexual (al que “debemos el mayor
respeto y cuidado”) y sus pretensiones legales. Remarcó lo beneficios que el
matrimonio produce, amén de los personales, en el “medio social”. Mencionó los
intereses demográficos de nuestro país, “en Argentina nos reproducimos poco”.
Destacó los derechos y necesidades de los niños que necesitan de papá y mamá,
“¿qué es esto de decir que pueden tener dos papás?” “¿quién va a cumplir la función maternal?”. No
quieren que se hable de la naturaleza de las cosas entonces que soy ¿“el mono”?,
preguntó el defensor conocido por ese apodo. No necesitamos nuevos adoptantes,
enfatizó, “así no se soluciona el problema de los niños”. Describió los
criterios que se usan para elegir adoptantes, teniendo en la lista matrimonios
jóvenes, matrimonios mayores, personas solteras; la elección del juez dependerá,
explicó, de la edad, historia y necesidades del menor. Aceptó para los
homosexuales una figura alternativa, incluso una “unión civil con
plazos”. Amparo Llanos Villanueva, abogada peruana,
especialista en los derechos humanos en el derecho internacional, ex instructora
de los Cascos Azules de la ONU: aclaró que iba a hablar desde la perspectiva de
las Naciones Unidas. Para la ONU, afirmó, las minorías surgen básicamente de
tres elementos: cultura/lengua, etnia y religión. Remarcó que los derechos
humanos son universales y que existe un debate sobre el marco en el que debe
contextualizarse la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En ese
debate, explicó, algunos privilegian la cultura occidental, pero “occidente no
inventó los derechos humanos, los sistematizó”, preguntó después ¿qué pasaría
con los aborígenes si legislan sobre este tema?, acotando “porque su concepción
es distinta”. “No podemos decir que lo occidental es universal”, resaltó.
Destacó que Naciones Unidas nuclea a más de 190 países y que sólo 8 han
legalizado el “matrimonio” homosexual. Se refirió finalmente al art. 16 de la
Declaración Universal de los Derechos
Humanos que habla del “derecho, sin
restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a
casarse y fundar una familia”, sin incluir otras condiciones que impidan la
restricción. Oscar Ameal, Juez
de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil: distinguió entre el
positivismo que ve en el derecho sólo “un conjunto de normas que regulan la vida
en sociedad” y el iusnaturalismo “regido y
ordenado por los principios fundamentales que manan del derecho natural”. “El
derecho natural se basa en principios básicos de justicia” válidos para “todos
los pueblos y todos los tiempos”, afirmó. “El matrimonio, como institución,
surge del derecho natural”. Al considerar la institución tenemos, aclaró, que
tener presente “su esencia y su fin”. Definió al matrimonio como “la unión plena
y duradera de dos personas de distinto sexo” y afirmó que “una institución así
no se puede cambiar de un día para el otro”. El “derecho positivo”, puntualizó,
no puede desconocer normas superiores. Describió la función de los jueces que
aplican “con equidad” la norma en un caso concreto y reclamó que las leyes no
sean caprichosas, “que ordenen en forma justa las conductas humanas”. Sostuvo
que el “matrimonio” homosexual “alteraría el orden público” y que la norma
afectaría a la mayoría de la población. Dijo que los homosexuales pueden usar
una figura jurídica distinta para que no sean “discriminados” los heterosexuales
que ya se casaron con otra concepción del matrimonio, “no se les puede cambiar
el caballo a mitad del río”, concluyó. Leonardo
Mc Lean, Decano de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la
Universidad Austral: comenzó con su testimonio personal, lleva 52 años de
casado, tiene 10 hijos y 25 nietos. Señaló que se trata de uno de los
acontecimientos más importantes de la historia, “serio, irreversible, con
consecuencias profundas y duraderas”. Destacó que “toda discriminación hacia la
persona homosexual es una injusticia grave” pero que el “matrimonio es un
elemento estructurante de la vida social”. Las uniones de personas del mismo
sexo “se contraponen a los presupuestos biológicos y antropológicos del
matrimonio”, “no tiene nada que ver una cosa con la otra”, enfatizó. Habló de
las diferencias objetivas que tienen el varón y la mujer. “Somos varones o
mujeres desde la concepción”, resaltó, hay desde entonces “una carga genética”.
“El matrimonio encuentra su razón de ser en la complementariedad (física,
psíquica y espiritual) del varón y la mujer”, sostuvo. Mencionó a la homosexualidad como una
“alteración de la personalidad”, “un proceso de inmadurez en el desarrollo
sexual” y sugirió posibles causas. Citó los riesgos de la homosexualidad: 20
años menos de expectativa de vida, mayor contagio de enfermedades de transmisión
sexual, uniones menos duraderas, mayor promiscuidad; y llamó la atención sobre
la gravedad de entregar a los niños a padres con estas características. Exhortó
finalmente a los senadores a centrar su atención en esos
niños. Rodolfo Carlos
Barra, ex Ministro de Justicia de la
Nación, ex Ministro de la CSJN: resaltó tres aspectos jurídicos de la
legalización del “matrimonio” homosexual: 1) es inconstitucional en sí mismo, 2)
es contrario al derecho constitucional vigente y 3) es inconstitucional respecto
al sistema jurídico internacional. Destacó que “si los constituyentes hubieran
querido uniones homosexuales lo habrían escrito expresamente”. Que el Derecho de
Gentes es contrario a estas uniones, que hasta hace pocos años ninguna sociedad
civilizada las admitía y que, aún ahora, en lugares como España que las legalizó
“hay fuertes cuestionamientos”. Estas uniones no se admiten en países con
“militancia atea” como China o Cuba, dijo, y concluyó: “no es una cuestión
religiosa”. Destacó que el art. 2º de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos menciona la no
discriminación por sexo, cosa que omite el art. 16º referido al matrimonio, “no
fue por olvido”, resaltó. Solicitó que en temas como éste los partidos políticos
tengan una postura clara y afirmó que una reforma de esta envergadura “debería
entrar por la puerta grande de la Constitución” y no por una ley del
Congreso. Analia Pastore, abogada, especializada en
Bioética Jurídica: sostuvo que en los casos de adopción “además de la
orientación sexual de los pretensos padres hay que mirar el interés del niño”.
Afirmó que existen ventajas en los niños criados por padre y madre, “la
importancia de la familia tradicional ha quedado demostrada”, “es beneficiosa la
complementariedad sexual de padre y madre en el desarrollo de los niños”.
Resaltó que “los niños concebidos por reproducción artificial no han prestado su
consentimiento informado”. Remarcó que es distinto el amor que brindan el padre
y la madre “dos mujeres pueden ser dos buenas madres, nunca un padre”. Describió
los beneficios que el niño recibe en su relación con cada sexo, enfatizando el
modo en que “padre y madre contribuyen, de modo irremplazable, en la crianza de
los niños”. Exhortó a tener en cuenta, a la hora de legislar, la salud física y
mental de las personal homosexuales. Citó muchas estadísticas y estudios
comparativos sobre relaciones homosexuales y heterosexuales (duración,
fidelidad, búsqueda del hijo, violencia doméstica, etc). Afirmó tras ello que
son “dos estructuras sociales absolutamente distintas” y que la legalización de
las uniones homosexuales “tiene un resultado previsible”. Exhortó finalmente a
no tomar a los niños como “conejillos de Indias de los experimentos sociales”,
se les provocaría un “enorme daño” difícil de revertir y “la sociedad pagaría un
alto precio”, concluyó.
Pbro. Dr.
Julio Raúl Méndez, ex
vicerrector de la Universidad Católica de
Salta, especialista en temas de bioética: aseguró que la propuesta de
“matrimonio” para personas del mismo sexo se basa en “reclamos sociales”
(pensión, herencia, obra social…) que se pueden resolver por vía del derecho
privado con una “clara manifestación de la voluntad”. Pidió que se abandonen
recursos retóricos como la contraposición entre “matrimonios heterosexuales
fracasados” y parejas homosexuales “felices”. Requirió que “no se les niegue a los
niños el vínculo biológico” porque “aún con la reproducción artificial”, aclaró,
somos “producto de varón y mujer”. En el caso de adopción hay que intentar
restaurar los vínculos que el niño perdió, sostuvo. “El niño necesita de ambas
figuras para su desarrollo psico-sexual”. “No somos cuerpo, tenemos cuerpo”,
expresó, “y ese cuerpo ni es descartable, ni es disponible”. A diferencia de la
moral, explicó, “al derecho no le in Úrsula Basset, Dra. en Ciencias Jurídicas, especializada en Derecho de Familia: resaltó que está en las manos de los legisladores “el futuro de todos”. Recordó que para Aristóteles, “las leyes se hacen luego de deliberar largamente, porque no versan sobre casos particulares y presentes sino sobre la generalidad y para el futuro”. El matrimonio, advirtió, es “una institución de derecho privado pero de interés público”. El objeto del matrimonio es “el consorcio de toda la vida”, “lo que define al matrimonio no es el afecto, sino el consorcio” y ese consorcio apareja deberes (monogamia, fidelidad, convivencia, etc) que las parejas del mismo sexo “no tienen interés en cumplir”. Citó a Andrew Sullivan, un destacado activista homosexual norteamericano, que sostiene “que las relaciones gay-lésbicas son abiertas”. El matrimonio impone “cargas”, enfatizó, el cónyuge es el que “yuga con otro”. “Igualar no es uniformar”, enfatizó, e inquirió “¿dónde está la pluralidad?” “¿esto es diversidad?”. “El matrimonio es un traje a medida y la neutralidad de género no le cabe a nadie”. Aunque no la mencionó expresamente, rebatió inexactitudes y falacias vertidas en ese ámbito por la Dra. Mónica Pinto, Decana de la Facultad de Derecho de la UBA. “Lo bueno de este debate, destacó finalmente, es que, gracias a estas instancias, por fin empieza a recuperar espacio en la agenda política la familia”. “La familia, el matrimonio y el mandato constitucional tan olvidado de su protección, empieza a ser políticamente correcto”. “Que los legisladores sepan escuchar esta novedad”, remató. Cristián
Conen,
prof. de Derecho de Familia y director del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral: habló de tres ejes:
1) los ciudadanos involucrados, 2) el núcleo del debate y 3) la actitud
razonable del poder legislativo. Con respecto a lo primero destacó que “las
personas de condición homosexual son, en tanto personas, titulares de todos los
derechos”, que merecen un “trato digno”, que incluye “la verdad”. Mencionó que
el mismo psiquiatra que lideró el lobby gay que en el año 73 logró que se retire
la homosexualidad del manual de desórdenes mentales, hoy se dedica a la
recuperación de homosexuales con un alto porcentaje de éxito. En cuanto a lo
segundo, el núcleo del debate, destacó que es “la identidad del matrimonio”, que
“cultural e históricamente ha sido una unión que pone en común la diversidad
sexual”. Afirmó que el matrimonio “no es un contrato para ser padres” pero que
forma parte de su esencia “la tendencia al hijo”. Habló del bien de los esposos,
que se logra con la “riqueza diversa del otro cónyuge” y de la educación de los
hijos. Finalmente, al referirse al rol del estado, mencionó el “habitat” óptimo
para el niño, afirmó que el gran desafío del siglo XXI es la “ecología humana” y
enumeró problemas que acarrea la falta de ese “habitat” (violencia, suicidios,
droga, delincuencia, etc). Al concluir exhortó a los legisladores a no hacer
“ensayos sociales”.
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NOTIVIDA, Año X, Nº 716, 29
de junio de 2010 Editores: Lic. Mónica del Río y Pbro.
Dr. Juan C. Sanahuja Página web: www.notivida.org Email:
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